Tuesday, February 16, 2010

Los Valores Familiares... Donde Han quedado?

"Yo soy pobre, pero honrado"

Tengo muchisimo tiempo sin escuchar estas palabras y francamente, estoy empezando a resignarme a que jamas la escuchare de nuevo.

Es muy cierto que la situacion economica de la clase trabajadora en mi pais, Republica Dominicana, como en tantas naciones tercermundistas no esta en su mejor momento, cierto es tambien que si bien se entiende los gobiernos corruptos que al parecer han estado esperando su turno uno tras otro, como si estuvieran en una fila de pago de un centro comercial para adquirir su motin, tienen parte de la culpa en que el bolsillo de la clase pobre siempre este vacio.

Pero esto no es nada nuevo, lo que es relativamente nuevo es que la gran mayoria de la clase pobre se apoye en esto para defender las acciones criminales que nuestros jovenes hoy en dia cometen, ya el ser pobre pero honrado al mismo tiempo ha dejado de ser algo por lo que se este dispuesto a luchar.

Los padres de esta generacion, lo que queda de la ultima, han optado por dejar de mostrarle lo liberante que es para sus hijos el valor de un peso ganado a fuerza de trabajo y sudor, el sentiemiento sociego de andar por las calles, ver a los agentes del orden pasar, sin sospechar que los andan buscando porque le deben algo a la sociedad y la justicia.

Es gracioso que cuando los hijos de estos padres irresponsables son por ultimo sometidos a la justicia... solo se oyen los padres cuan abogados picapleitos con apurado afan en los cuarteles gritando que sus hijos son "gente de trabajo" y demandando su libertad inmediata.

Por lo que veo esto sera el cuento de nunca acabar, hasta que la educacion en mi querido pais sea algo continuo hasta el liceo, y obligatorio hasta la universidad, pues si esto es lo que aprende la generacion acendente, lo mismo aprenderan sus hijos, y los hijos de sus hijos.

dale mente Quisqueya...dale mente.

1 comment:

  1. Lo que veríamos es, en mi opinión, el que se generalizaría un fenómeno que hoy ya se da, pero que no es el caso de la mayoría de las familias. Veríamos muchos grupos familiares donde el egoísmo domine sobre el amor entre los miembros, donde las consideraciones económicas sean motivo de desunión y de separación de la familia. Hogares sin calor, sin tolerancia, sin amor ni cortesía, dominados por el egoísmo de los miembros y por el cálculo de la conveniencia económica. Una perspectiva horrenda, ciertamente.
    Seguramente, habrá que cambiar muchas de nuestras actitudes para poder llegar a los objetivos que tiene todo padre y madre, que son hacer de sus hijos personas libres, seguras, tranquilas y con seguridad en sí mismas. Muchos son los padres y madres que dicen “pero si yo ya hablo con mis hijos”. Sin embargo, al pensarlo detenidamente se dan cuenta que su actitud no es la de una persona que valora el llegar a acuerdos, como forma de solucionar conflictos, para que no gane ni pierda nadie, sino la de intransigentes que consideran tener siempre la razón y tratan de imponérsela a los demás.
    Los hijos tienen la base de su vida en su familia para crecer equilibrados, satisfechos y seguros de sí mismos, siempre que las relaciones que se vivan en esa familia sean sanas y sin ansiedad.

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